Bodas pasadas por agua

Uno de los atractivos de algunos restaurantes para bodas es la posibilidad de poder realizar las celebraciones en el jardín. Pero las bodas se programan con muchos meses de antelación, a veces más de un año, y es imposible saber qué tiempo hará cuando llegue el día. Por eso, para evitar sorpresas, estos restaurantes suelen contar con grandes cenadores realizados a medida con lonas industriales resistentes que permiten que los comensales estén a resguardo.

Normalmente, estos grandes cenadores tienen acceso al edificio principal para que los invitados puedan ir a las instalaciones sin mojarse. Es importante que estos cenadores sean de gran tamaño para que la gente pueda estar a gusto y los camareros puedan moverse con soltura entre las mesas. También deben de contar con la zona habilitada para el clásico baile que se realiza al final de la comida.

Aunque estos cenadores no son tan atractivos como un jardín soleado y abierto son una buena solución en caso de lluvias. Algunas de estas lonas cuentan con ventanas de plástico de gran tamaño que no solo dejan pasar la luz natural, también dejan ver el exterior lo que hace que resulte mucho más agradable.

Estos grandes cenadores se pueden instalar también para las celebraciones de boda que se realizan en los jardines. Muchos novios piden casarse en el mismo lugar en el que se celebra la comida, especialmente si se trata de un lugar con bonitos jardines adecuados para ello. Esta posibilidad es un reclamo muy utilizado por ciertos establecimientos, que juegan esta baza a su favor respecto a la competencia.

Para muchos establecimientos hosteleros utilizar los jardines de sus instalaciones es muy importante, ya que les permite aumentar el número de celebraciones que pueden realizar en un mismo día. Así, aunque sus comedores estén al completo, pueden contratar más servicios utilizando la parte exterior. Con estos grandes cenadores que se pueden instalar y desinstalar según las necesidades climáticas, pueden aumentar considerablemente sus ingresos.

Estos grandes cenadores son también perfectos para entretiempo, cuando la gente ya tiene ganas de comer o de cenar en terrazas y jardines pero todavía no hace una temperatura muy agradable. Gracias a ellos, se puede contar con una terraza cubierta que no es permanente.

Todos queremos que un día tan especial luzca el sol, pero tener alternativas por si eso no ocurriera es importante. Y, en cualquier caso, no hay que olvidar que la tradición nos dice que una boda con lluvia es una señal de buena suerte.