Un día estaba sentada en el salón viendo la tele y cuando llegaron los anuncios eché un vistazo a lo que me rodeaba y me dije: ¡qué aburrido! Demasiado tiempo sin hacer ningún cambio en el salón, ¡con lo que a mí me gusta cambiar! Supongo que en su día me debió gustar tal y como lo dejé, pero había que cambiar. De vez en cuando hay que cambiar, casi en cualquier en ámbito de la vida.
Y así fue como me puse a mirar estilos nuevos decorativos para el salón, además de complementos que pudieran integrarse bien con los cambios. De hecho, hasta cambié la orientación del salón. Cuando llegamos a esta casa, decidí seguir la orientación que tenía la mayoría de la gente del edificio, aunque no me convencía del todo porque suponía tapar parcialmente una de las ventanas con el sofá.
Pero de eso también me he cansado y voy a liberar esa ventana que me apetece mucho porque me va a dar mucha iluminación, donde, además, he pensado colocar cortinas verticales de lamas que le van a venir muy bien. Al menos algunas revistas que he visto que tienen un tipo de ventanal muy similar al mío para el salón están estupendos con cortinas de lamas verticales. Como además voy a comprar un sofá nuevo, tengo todo tipo de opciones para combinar.
Y es que la antigua orientación del salón se debía, entre otras cosas, a las conexiones de la televisión que obligaban a poner la tele en ese sitio, pero ahora como tengo un decodificador inalámbrico y no necesito que esté conectado a la antena de televisión puede variar la posición del armario de la televisión y con ello cambiar la orientación para aprovechar mi querido ventanal.
He visto que existen cortinas verticales con variaciones de colores que me han encantado. En vez de poner todas las lamas del mismo color, son como una paleta de colores que puedes elegir a tu gusto. De esta manera puedo dar al salón un toque cromático único si logro que todos los elementos combinen adecuadamente.