Los muebles de exterior para jardín juegan un papel importante en la creación de espacios acogedores y funcionales en nuestros hogares. Ya sea para disfrutar de momentos de relax, compartir con familiares y amigos, o simplemente para conectar con la naturaleza, contar con muebles de calidad es esencial. En este artículo, exploraremos la importancia de elegir un fabricante confiable de muebles de exterior para jardín, que ofrezca diseños atractivos y duraderos, capaces de resistir las inclemencias del tiempo y proporcionar comodidad en los espacios al aire libre.

Un Fabricante de muebles de exterior para jardin confiable se destaca por utilizar materiales de alta calidad y procesos de fabricación meticulosos. La elección de materiales resistentes a la intemperie, como la madera tratada, el aluminio resistente a la corrosión, la resina trenzada o el acero inoxidable, asegura que los muebles puedan soportar la exposición a la luz solar, la lluvia y otras condiciones climáticas adversas.

Los procesos de fabricación adecuados también son esenciales para garantizar la durabilidad y el acabado de los muebles. Un fabricante de renombre se preocupa por cada detalle, desde la selección de materiales hasta los acabados finales, para ofrecer muebles de exterior resistentes y estéticamente atractivos.

El diseño de los muebles de exterior es otro aspecto importante a tener en cuenta al elegir un fabricante. Un fabricante de calidad ofrece una amplia gama de diseños, desde lo clásico y tradicional hasta lo contemporáneo y moderno. Además, considera la funcionalidad de los muebles, asegurándose de que sean cómodos y prácticos para el uso diario.

Los muebles de exterior para jardín deben proporcionar comodidad para largas estancias, ser fáciles de limpiar y mantener, y adaptarse al estilo y espacio de cada jardín. Un fabricante confiable se preocupa por el confort y el bienestar de los usuarios, lo que se refleja en el diseño ergonómico y la atención a los detalles en cada pieza.

Otra ventaja de elegir un fabricante de muebles de exterior para jardín es la posibilidad de personalizar los diseños según tus preferencias y necesidades. Un fabricante confiable ofrece opciones de personalización en cuanto a colores, materiales y tamaños, para adaptarse perfectamente al espacio disponible y a tus gustos.

Además, la versatilidad en los diseños permite combinar diferentes piezas para crear conjuntos completos que se adapten a diferentes actividades al aire libre, como comer al aire libre, tomar el sol, leer o simplemente relajarse en el jardín. La capacidad de personalizar y combinar piezas garantiza que puedas crear un ambiente único y acogedor en tu jardín.

Un fabricante de muebles de exterior consciente también se preocupa por el medio ambiente y adopta prácticas sostenibles en la producción de sus muebles. La utilización de materiales respetuosos con el medio ambiente, como la madera certificada y procesos de fabricación que minimicen el desperdicio, son signos de compromiso con la sostenibilidad y la protección del entorno natural.

Elegir un fabricante de muebles de exterior para jardín confiable es una inversión que garantiza la calidad, el diseño y la durabilidad de tus muebles al aire libre. La selección de materiales de alta calidad, diseños atractivos y funcionales, y la posibilidad de personalización y versatilidad hacen que estos muebles sean una elección inteligente para disfrutar del espacio exterior en tu hogar.

Además, el enfoque en la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente muestra el compromiso del fabricante con la protección del entorno natural. Al elegir un fabricante de muebles de exterior de calidad, puedes estar seguro de que disfrutarás de un jardín bien equipado y atractivo, capaz de resistir las condiciones climáticas y ofrecer momentos inolvidables de relax y conexión con la naturaleza.

Hace ya unos cuantos años, justo antes de que llegase todo esto de la pandemia, me había comprado una sombrilla de gran tamaño para poder llevar a la playa, pero por desgracia hace ya bastante tiempo que no voy a la playa. Al principio no fui porque no me fiaba de los que se fuesen a colocar cerca de mí pero después ya no me llamaba la atención. Es curioso cuando te das cuenta de que algo que antes te encantaba ha dejado de gustarte, no digo que no me guste ir a la playa pero ya no me llama tanto como lo hacía antes que iba a la playa absolutamente todos los días sin excepción. En verano ahora hasta prefiero ir al bosque que allí por lo menos se está bastante más fresquito y cuando mi amigo puede vamos hasta el barco que tiene. Que eso sí que no me deja de gustar, ya sea porque allí no hay nadie que me pueda molestar o porque me puedo bañar sin problema de que nadie me robe nada que haya dejado en la toalla. Esa es la mayor diferencia entre ir a la playa y al barco. Si voy solo a la playa no me suelo bañar por ese temor a que me roben las cosas, hay que ser desconfiado para que no te pasen cosas malas y yo soy bastante desconfiado.

Estamos justo en el momento en que si queremos usar el barco este año tenemos que empezar a hacerle las reparaciones necesarias. Por suerte este año hay que hacerle pocas reparaciones ya que el año pasado tuvimos que reparar bastantes cosas que no estaban bien. Este año lo primero que tenemos que hacer es echarle un ojo al motor que el año pasado no refrigeraba bien y eso es algo que hay que tener en cuenta para que el barco vaya lo rápido que nos gusta ir. Este año hemos dejado el barco durante el invierno en un sitio nuevo y esperamos que uno de los chicos que trabajan allí nos eche una mano con el motor y no se nos complique demasiado.

Las terrazas son el mejor reclamo para la mayoría de locales de hostelería. Hace ya mucho tiempo que están de moda y la gente se ha acostumbrado a usarlas durante todo el año, incluso en invierno. Muchos prefieren estar sentados al aire libre con el abrigo y poder fumar o disfrutar de las vistas en lugar de estar en el interior del local, sobre todo si este no es muy atractivo. Tanto es así que algunos locales cuentan con un reducido interior y basan todo su trabajo en la terraza. Pero hay errores que pueden arruinar el éxito de esta área.

  1. Las sombrillas que no dan sombra. Algunas sombrillas son demasiado pequeñas y es necesario moverlas una y otra vez para que ofrezcan a los clientes la sombra perfecta. Una sombrilla grande terraza no necesita ser movida con tanta frecuencia, solo ligeramente inclinada para ofrecer la mejor sombra. Las más modernas, incluso cuentan con sistemas eléctricos para inclinarse sin que supongan molestia para los clientes ni un riesgo al poder caer sobre las mesas. Para esto, es muy importante contar no solo con buenas sombrillas, sino con pies pesados y que sean proporcionados al tamaño del parasol.
  2. Las sillas estrechas. Algunas terrazas recurren a mesas pequeñas y sillas estrechas para conseguir meter alguna mesa a mayores o contar con más espacio para decoración. Pero estas sillas demasiado estrechas son incómodas para muchos clientes, sobre todo para quienes tienen un tamaño mayor del habitual. Ganar en espacio o en decoración no merece la pena si los clientes no están finalmente a gusto, que es de lo que se trata. Las sillas anchas, cómodas y fáciles para todo el mundo son las mejores para que una terraza tenga mucho éxito y sus clientes quieran regresar a visitarlas.
  3. No atender la terraza. Es el quiero y no puedo. Quiero tener una terraza pero no quiero pagar a alguien que la atienda, así que pongo un cartel y que sean los clientes quienes van a la barra a pedir y se llevan sus propias bebidas. Puede parecer una buena idea, pero muchos clientes no querrán ir a un establecimiento si tienen que levantarse a pedir sus bebidas y abonarlas en el acto en lugar de ser atendidos y pagar su cuenta al final. Es preferible cobrar un pequeño suplemento por atención en la terraza y tener una persona que se encargue del servicio.

Si algo nos han enseñado estos dos últimos años es que muchos estamos de suerte por poder dedicarnos a lo que nos gusta. Solo así se puede resistir en los momentos más delicados. Cuando los problemas con la pandemia empezaron, nadie en el sector de la hostelería se podía imaginar lo que teníamos por delante: un vía crucis de casi dos años que algunos no pudieron superar. 

Cuando ya llevábamos seis meses de pandemia y parecía que el asunto había quedado solventado llegó una nueva ola y nosotros también nos planteamos echar el cierre. Era la opción más sencilla ya que en ese momento todo eran pérdidas. Pero pensamos: ¿y después qué? ¿Qué vamos a hacer si lo único que nos gusta y que sabemos hacer es esto? Así que tiramos para delante y tratamos de resistir. 

Fue entonces cuando vimos las posibilidades de la terraza que, sin duda, salvó más de un negocio. Como los interiores estaban cerrados o restringidos, ampliamos la terraza aprovechando una relajación de la normativa municipal. Buscamos cómo separar ambientes terraza adecuadamente para generar dos espacios diferentes, uno enfocado a la cena y otro a los cócteles. Y esta separación de ambientes fue nuestro gran acierto.

Hasta ese momento, la terraza no había sido una parte decisiva de nuestro negocio. Y eso que teníamos la suerte de contar con una acera muy ancha. Pero nuestro restaurante era un concepto muy íntimo que se mostraba mejor en el interior. Pero en este negocio también hay que saber adaptarse a las circunstancias y tener cintura: fue así como empezamos a mimar también la terraza y buscamos para separar ambientes terraza generando este doble espacio que supuso añadir nueva clientela que pronto se aficionaron también a nuestros cócteles. 

Porque con la pandemia o sin ella, la gente seguía teniendo ganas de pasarlo bien, quizás incluso más que antes. Como también teníamos experiencia con combinados en un negocio anterior, fusionamos ambas propuestas y gracias a ello conseguimos resistir. Y ahora es la línea que estamos siguiendo en este nuevo escenario tras la crisis sanitaria.

Algunas personas responderán que el momento para cambiar el mobiliario del local de hostelería llega cuando se ve estropeado y feo. Pero esto no tiene que ser necesariamente así. Lo cierto es que no deberíamos esperar a que se viera deteriorado para cambiarlo, sino hacerlo cada cierto tiempo para que siempre se vea nuevo y bonito. Pero hay muchos motivos para elegir nuevo mobiliario para hosteleria.

Uno de los motivos es porque cogemos el traspaso del local. Si deseamos continuar el trabajo de los anteriores dueños y con los mismos clientes, podemos dejar los muebles en el caso de que estén bien. Pero si queremos que quede claro que hay otras personas al frente con otro estilo de trabajo y hacer que eso atraiga a gente nueva, entonces hay que cambiar la decoración y los muebles del local para que no se perciba como una continuación, sino como algo que rompe con el pasado.

También se deben de cambiar los muebles del local en el caso de que varíe la actividad del mismo. Por ejemplo, si teníamos una cafetería y queremos que se convierta en un lugar de platos del día, deberemos de comprar nuevos muebles que se adapten mejor a la actividad que se va a realizar. Por ejemplo, mesas más grandes que permitan colocar los platos de forma cómoda. Este cambio también transmite a los clientes la idea de que el local va a ser diferente a partir de ahora.

Cada cierto tiempo es buena idea renovar el mobiliario y modernizar el local. Evidentemente, esto no se va a hacer cada año ni cada pocos años, pero cuando un local de hostelería lleva tiempo abierto es buena idea darle un cambio de imagen y modernizarlo. Los clientes valorarán esta inversión y notarán que el local es más acogedor y actual. Además, se puede aprovechar para variar las cartas o para presentar otras novedades que se vengan demandado y que puedan hacer que resulte más llamativo.

Aunque parezca evidente, hay que cambiar los muebles del local si las quejas por los actuales son numerosas. Sí demasiados clientes nos dicen que las sillas no resultan cómodas, por ejemplo, debemos de hacer el esfuerzo de cambiarlas aunque estén nuevas ya que está claro que de no hacerlo estaremos perdiendo a gente. Tanto quienes nos están diciendo que no les gustan esos muebles y no se sienten escuchados como aquellos que no dicen nada pero simplemente no repiten.