Soy conocido allá donde voy como uno de los grandes “dulzómanos” del planeta. Es ver un trozo de chocolate o una tarta y perder el sentido. Un buen postre es capaz de sacarme una sonrisa en el peor día y un capuchino de darme energía en una mañana lluviosa. Pero todo lo bueno se acaba y este año ha estado marcado por la amargura: he tenido que dejar el dulce tras años y años de bendita devoción.

Yo era de los que estaba siempre atento a la lechera recetas de postres. Casi no sé ni freír un huevo, pero si se trata de repostería, dejadme solo en la cocina que saldré con algo rico. Pero mi afición por la repostería, que podría parecer natural teniendo en cuenta mi inclinación por el dulce, no surge de forma tan espontánea. 

Y es que soy un poco vago. Nunca me gustó mucho pasarme por la cocina en mi juventud. Mi bendita madre me tenía en un pedestal, al que hubo que poner contrafuertes, porque mi peso fue, poco a poco, creciendo. Pero nunca le echaré la culpa a ella: es mi gen dulzón que todo lo puede. Pero en aquella época, de todas maneras, eran mi madre la que me suministraba mis dosis de azúcar. Alguna vez quiso reducirlas, pero ya era tarde: su hijo estaba enganchado.

Pero ya se sabe, todo acto tiene su consecuencia. Y si te pasas un tercio de tu vida azucarándote llegará un momento en que tendrás que dejar de hacerlo. Mi médico fue claro: adiós a lo dulce durante una larga temporada. Y recalcó bien lo de larga. Ya independizado del reino matriarcal, tuve que aprender por mí mismo a suministrarme cosas ricas y me convertí en un notable repostero. No me perdía ninguna la lechera recetas de postres. Pero el médico fue tajante, así que colgué la manga pastelera… pero solo parcialmente.

Tal era mi “mono” que me decidí a seguir haciendo postres… para que lo comieran otros. Parece masoquista, pero a mí me sirvió. Al menos seguí en contacto con mi amigo del alma: el azúcar.

El cancer de mamas es uno de los más frecuentes y por eso uno de los que más preocupan a muchas mujeres. Por ese motivo algunas solicitan a sus médicos información sobre las mastectomías preventivas. Esta práctica que consiste en la extirpación de uno o de ambos pechos cuando todavía están sanos, se dio a conocer a parir de que la actriz Angelina Jolie reconociera habérsela practicado.

El caso de esta mujer es uno de los pocos en los que esta intervención está justificada ya que cuenta con casos de cáncer de mama en la familia y las pruebas que se había realizado indicaban que tenía un alto porcentaje de posibilidades de padecer también la enfermedad. Al practicarse esta mastectomía doble, los médicos afirman que las posibilidades de sufrir cáncer se reducen hasta en un 90%. 

Los especialistas deben de analizar cuidadosamente la conveniencia o no de esta práctica en cada caso concreto ya que una intervención de este tipo no es algo para tomarse a la ligera, ya que va a suponer un proceso largo y en muchos casos muy difícil no solo físicamente, sino también psicológicamente, para la mujer. 

Existe diferentes tipos de mastectomía según se extirpen o no los ganglios linfáticos y se preserve o no la piel y el pezón. Por eso es muy importante estudiar cada caso por separado y dar a cada mujer una solución personalizada. Además, también deberá de decidir si desea realizarse una reconstrucción de las mamas. Esto es lo más habitual, pero dado que es un proceso largo y bastante doloroso en algunos casos, hay mujeres que optan por aceptarse sin pechos y no reconstruirlos.

Cuando se decide reconstruir el pecho también hay varios caminos a seguir, uno es el de la reconstrucción en la misma operación y otro es a posteriori. Muchas veces, la decisión no es solo de la mujer sino que está marcada por las circunstancias de su caso. En ocasiones pueden ser necesarias varias intervenciones para conseguir una reconstrucción del pecho natural, bonita y bien realizada. 

Las técnicas de tatuaje permiten dibujar los pezones incluso con una perspectiva 3D muy natural, que hace que parezca que existe un relieve. Este sería el último paso para mujeres que no pudieron conservar su pezón y que quieren que sus pechos reconstruidos se vean lo más parecido posible a los naturales que tenían originalmente. Y es que el pezón no se puede reconstruir junto al resto del pecho con las técnicas actuales.