Cada vez son más las personas que emprenden un negocio de forma individual. Se ha producido un cambio en el tejido económico tras la crisis que ha obligado a muchos trabajadores a cambiar su trayectoria profesional. Pero las crisis también son una oportunidad y es el momento de aprovecharla.

Una de las dificultades para abrir un negocio estriba en encontrar el sector adecuado, un sector que ofrezca unas buenas perspectivas de futuro. En este sentido, abrir una tienda ecológica se ha convertido en una opción a tener en cuenta.

En un escenario en el que las personas están cada vez más interesadas en la vida saludable, los productos dieteticos se han abierto su hueco en el mercado. La oferta es cada vez mayor, porque la demanda también crece. Productores, distribuidores, franquicias y minoristas forman parte de un sector con grandes posibilidades.

¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de abrir un negocio de este tipo? Para empezar, es necesario hacer un estudio de mercado para contrastar las posibilidades comerciales que tenemos según la zona donde tenemos pensado abrir el local.

Otra opción cada vez más en boga es el ecommerce, la posibilidad de abrir un negocio exclusivamente online. Sus ventajas son numerosas: una menor inversión inicial, un crecimiento constante de las ventas electrónicas y un menor riesgo económico. Por el contrario, la competencia online también crece con lo que diferenciarnos de otras tiendas similares se hace complicado.

También debemos tener en cuenta las franquicias. Existen varias empresas importantes vinculadas a los productos dieteticos que ofrecen la posibilidad de integrarse en su red. Una franquicia también tiene sus pros y sus contras, por lo que nunca debemos elegir sin un estudio pormenorizado de las diferentes opciones.

La tendencia del mercado ecológico es la concentración. En algunos casos, este tipo de tiendas nacen asociados a centro comerciales o grandes superficies. En diversos países europeos esta tendencia es un éxito y convive bien con el resto de propuestas. Hay que tener en cuenta que el sector está en crecimiento y lo ideal es que los consumidores tengan una oferta cada vez más amplia y profesional.

Uno de los atractivos de algunos restaurantes para bodas es la posibilidad de poder realizar las celebraciones en el jardín. Pero las bodas se programan con muchos meses de antelación, a veces más de un año, y es imposible saber qué tiempo hará cuando llegue el día. Por eso, para evitar sorpresas, estos restaurantes suelen contar con grandes cenadores realizados a medida con lonas industriales resistentes que permiten que los comensales estén a resguardo.

Normalmente, estos grandes cenadores tienen acceso al edificio principal para que los invitados puedan ir a las instalaciones sin mojarse. Es importante que estos cenadores sean de gran tamaño para que la gente pueda estar a gusto y los camareros puedan moverse con soltura entre las mesas. También deben de contar con la zona habilitada para el clásico baile que se realiza al final de la comida.

Aunque estos cenadores no son tan atractivos como un jardín soleado y abierto son una buena solución en caso de lluvias. Algunas de estas lonas cuentan con ventanas de plástico de gran tamaño que no solo dejan pasar la luz natural, también dejan ver el exterior lo que hace que resulte mucho más agradable.

Estos grandes cenadores se pueden instalar también para las celebraciones de boda que se realizan en los jardines. Muchos novios piden casarse en el mismo lugar en el que se celebra la comida, especialmente si se trata de un lugar con bonitos jardines adecuados para ello. Esta posibilidad es un reclamo muy utilizado por ciertos establecimientos, que juegan esta baza a su favor respecto a la competencia.

Para muchos establecimientos hosteleros utilizar los jardines de sus instalaciones es muy importante, ya que les permite aumentar el número de celebraciones que pueden realizar en un mismo día. Así, aunque sus comedores estén al completo, pueden contratar más servicios utilizando la parte exterior. Con estos grandes cenadores que se pueden instalar y desinstalar según las necesidades climáticas, pueden aumentar considerablemente sus ingresos.

Estos grandes cenadores son también perfectos para entretiempo, cuando la gente ya tiene ganas de comer o de cenar en terrazas y jardines pero todavía no hace una temperatura muy agradable. Gracias a ellos, se puede contar con una terraza cubierta que no es permanente.

Todos queremos que un día tan especial luzca el sol, pero tener alternativas por si eso no ocurriera es importante. Y, en cualquier caso, no hay que olvidar que la tradición nos dice que una boda con lluvia es una señal de buena suerte.