Hace una par de décadas pocos habíamos oído hablar de la celiaquía. Mientras los expertos discuten en explicar la razón de por qué esta enfermedad se ha extendió tanto en los últimos años, la industria alimentaria se adapta a los nuevos tiempos. Y estos nuevos tiempos están marcados, entre otras cosas, para la fiebre por lo natural y por las diversas alergias y trastornos alimentarios.
La fiebre por alimentación sana y natural es, en principio, positiva. Parece que poco a poco, sobre todo en Europa y en los países más desarrollados, se abandonan costumbres perjudiciales asociadas al consumo de comida rápida, del exceso de grasas, etc. Para satisfacer a todo este grupo social que ansía una alimentación diferente surgen decenas de restaurantes y cafés en todas las ciudades que ofrecen menús veganos, vegetarianos, sin gluten, etc.
Si salimos a pasear por las zonas comerciales de cualquier ciudad nos toparemos con un montón de locales de apariencia informal que venden este tipo de gastronomía natural, menús con productos como leche sin gluten. La cuestión es que muchas personas han decidido prescindir del gluten sin ser celíacos. ¿Una buena decisión?
En este sentido, existe una disparidad de criterios entre los expertos. Evidentemente, si eres celíaco no debes tomar nunca ningún producto con trazas de gluten porque afectaría a tu salud. Pero las personas que no son celíacas pueden tomar sin ningún problema alimentos con gluten.
Recordemos que el gluten es un componente esencial en la alimentación moderna y está asociado a la producción de la masa. El gluten consigue esponjosidad y elasticidad, siendo muy habitual en el pan o en los dulces. Precisamente es esta la razón por la que mucha personas no celíacas optan por prescindir del gluten, porque de paso dejan muchos alimentos que engordan o con muchos carbohidratos y/o grasas.
Pero al margen de ello, no hay razón alguna pare beber leche sin gluten o pan especial sin gluten. Cada vez son más las empresas especializadas en este tipo de alimentación y es más fácil encontrarlo en el supermercado pero, de momento, siguen siendo productos más caros. Por lo tanto, también hay que valorar esa cuestión a la hora de dejar el gluten si no somos celíacos.