Existen diferentes tipos de tumores benignos de piel que, en la mayoría de los casos, no tienen consecuencias de ningún tipo pero que es importante mantener vigilados para que, de mostrar cambios en su imagen, sean tratados. La dermatologia medica quirurgica puede ayudar a la eliminación de estos tumores benignos cuando suponen un riesgo de convertirse en malignos pueden causar daños estéticos. Estos son los principales tipos de tumores benignos de piel:
-Nevos. Son los típicos lunares que aparecen en la piel y que no son otra cosa que tumores benignos de la misma. Deben de vigilares ya que, si aparecen nuevos lunares con formas sospechosas o los antiguos cambian de forma o de color, pueden suponer la aparición de melanomas, un tipo de cáncer de piel serio.
-Fibromas. Se confunden con frecuencia con las verrugas, pero mientras que estas últimas son el resultado de una infección por el virus del papiloma humano, los fibromas son tumores benignos de la piel. Normalmente, tienen una forma alargada y se unen a la piel por un pequeño nexo de carne. Son frecuentes en axilas y cuello y se pueden eliminar fácilmente en el dermatólogo. Se recomienda no tratarlas en casa ya que cuando se irritan pueden llegar a ser un problema mucho mayor para la piel, lo que con frecuencia ocurre cuando se aplican remedios caseros poco fiables como el de cortar la circulación con un cabello.
-Queratosis seborreica. Son similares a grandes lunares, pero abultados y a menudo con un aspecto áspero y muy desagradable. No son malignos, pero estéticamente son un gran problema para quienes lo padecen, sobre todo si aparecen en el rostro o en zonas muy visibles. Hay que estudiar los pros y los contras de su eliminación, sobre todo si existe el riesgo de cicatriz. Uno de los principales problemas de estas queratosis es que no aparece una sola, sino que suelen aparecer varias, por lo que la estética se compromete todavía más.
-Angiomas. Son los conocidos como lunares rojos o lunares de sangre. Esos puntitos que aparecen en muchas zonas del cuerpo y que nos resultan estéticamente desagradables, pero que son tan pequeños que raramente suponen un problema real. El láser vascular está dando muy buenos resultados para su tratamiento, logrando que desaparezcan sin dejar marca, por lo que cada vez más personas se deciden a eliminarlos y olvidarse de ellos para siempre.