Mi segundo embarazo 

Estaba embarazada por segunda vez y, esta vez, las cosas eran un poco más complicadas. Había desarrollado unas secuelas postparto que me obligaron a buscar una buena clínica ginecológica en Vigo, mi nueva ciudad.

 

Busqué un buen ginecólogo en Vigo y por suerte encontré uno. Fue muy profesional y me ayudó a recuperar mi salud.

 

Estaba un poco nerviosa al entrar en la consulta del ginecólogo. Era mi primera vez en Vigo y no conocía a nadie. Me acababa de mudar a la ciudad y estaba embarazada de mi segundo hijo. Necesitaba encontrar un buen médico que me ayudara con mis problemas posparto.

 

Entré en la sala de espera y tomé asiento. Había varias mujeres allí, todas con el mismo aspecto de nerviosismo que yo. Intercambiamos miradas, pero no dijimos nada. Al cabo de unos minutos, una enfermera salió y nos llamó por nuestros nombres.

 

La seguí por el pasillo hasta una sala de exploración. Me dijo que me desnudara y me pusiera una bata. Luego salió de la habitación y cerró la puerta.

 

Estaba un poco intimidada cuando conocí al Doctor. Parecía un hombre frío, de pocas palabras. Pero como siempre en la vida, no hay que quedarse con las primeras impresiones. El hombre me mantuvo al margen y me hizo todo tipo de preguntas sobre mi embarazo, así como el nombre de mi ginecólogo en Cáceres, para pedirle mis informes.

 

Pero a pesar de su rudeza inicial, el Dr.  resultó ser un médico muy profesional que sabía exactamente lo que hacía. En pocas semanas, mis problemas habían cesado y me sentía mucho mejor. 

 

Finalmente, di a luz a una preciosa niña y todas mis preocupaciones desaparecieron. Era perfecta en todos los sentidos y trajo la alegría a mi vida como ninguna otra cosa podría hacerlo.