Las terrazas son el mejor reclamo para la mayoría de locales de hostelería. Hace ya mucho tiempo que están de moda y la gente se ha acostumbrado a usarlas durante todo el año, incluso en invierno. Muchos prefieren estar sentados al aire libre con el abrigo y poder fumar o disfrutar de las vistas en lugar de estar en el interior del local, sobre todo si este no es muy atractivo. Tanto es así que algunos locales cuentan con un reducido interior y basan todo su trabajo en la terraza. Pero hay errores que pueden arruinar el éxito de esta área.
- Las sombrillas que no dan sombra. Algunas sombrillas son demasiado pequeñas y es necesario moverlas una y otra vez para que ofrezcan a los clientes la sombra perfecta. Una sombrilla grande terraza no necesita ser movida con tanta frecuencia, solo ligeramente inclinada para ofrecer la mejor sombra. Las más modernas, incluso cuentan con sistemas eléctricos para inclinarse sin que supongan molestia para los clientes ni un riesgo al poder caer sobre las mesas. Para esto, es muy importante contar no solo con buenas sombrillas, sino con pies pesados y que sean proporcionados al tamaño del parasol.
- Las sillas estrechas. Algunas terrazas recurren a mesas pequeñas y sillas estrechas para conseguir meter alguna mesa a mayores o contar con más espacio para decoración. Pero estas sillas demasiado estrechas son incómodas para muchos clientes, sobre todo para quienes tienen un tamaño mayor del habitual. Ganar en espacio o en decoración no merece la pena si los clientes no están finalmente a gusto, que es de lo que se trata. Las sillas anchas, cómodas y fáciles para todo el mundo son las mejores para que una terraza tenga mucho éxito y sus clientes quieran regresar a visitarlas.
- No atender la terraza. Es el quiero y no puedo. Quiero tener una terraza pero no quiero pagar a alguien que la atienda, así que pongo un cartel y que sean los clientes quienes van a la barra a pedir y se llevan sus propias bebidas. Puede parecer una buena idea, pero muchos clientes no querrán ir a un establecimiento si tienen que levantarse a pedir sus bebidas y abonarlas en el acto en lugar de ser atendidos y pagar su cuenta al final. Es preferible cobrar un pequeño suplemento por atención en la terraza y tener una persona que se encargue del servicio.