Hace unas cuantas semanas hablando entre unos amigos uno dijo que le había salido un lunar extraño en la espalda y en cuanto nos lo enseñó le dijimos que tenía que ir a que se lo viesen enseguida porque estas cosas es mejor tenerlas controladas lo máximo posible. Al final uno de nuestros amigos le consiguió una cita con un especialista dermatologia medica quirurgica en Vigo amigo suyo. Por lo que nos contó después de ir a la consulta del especialista es que el lunar tampoco era nada tan grave como nosotros nos habíamos imaginado. Pero el especialista le felicitó por ser tán rápido en acudir a su consulta porque por norma general la gente si tiene algo en la piel raro se asusta y prefieren ocultarlo en lugar de encontrarle una solución lo antes posible.

A mi encontrarme algo raro en la piel es algo que me preocupa bastante y me ha costado pero al final he conseguido aprender a cuidarme del sol y siempre que me voy a exponer a los rayos solares durante un rato siempre me hecho crema protectora, porque hasta no hace demasiados años era de aquellos que nunca se ponían crema protectora. Hasta este verano me han dicho que estaba menos moreno que otros años y eso ha sido la crema factor 50 que me he puesto cuando he estado tomando el sol. También he de reconocer que no me ha quedado más remedio que ponerme la crema, ya que la novia de uno de mis amigos es la que de verdad me obliga siempre a ponerme la crema cuando vamos al barco de mi amigo. Al principio reconozco que es un poco raro sentirse embadurnado pero el sol rápido te seca el exceso de crema. Para el año que viene tengo que conseguir una crema buena y a buen precio, espero que en invierno las cremas de protección solar estén más baratas que en los meses de verano, porque la verdad es que las cremas son un poco caras y hay mucha diferencia de precio entre unas y otras.

El XIX fue un siglo marcado por la emigración, a menudo fomentada por unas condiciones económicas y sociales que obligaba a millones de personas a buscarse la vida lejos de casa. Eso es algo que también se vivió muy de cerca en el norte de España, cuando gallegos y asturianos tomaron rumbo a América. Solo una parte de ellos alcanzó el éxito al otro lado del charco, pero su fama llegó a su lugar de origen conociéndose como indianos cuando regresaban o construían residencias de verano y de vacaciones.

Pero algunos se quedaron al otro lado del Atlántico haciendo fortuna, como la familia que fundó Cuervo y Sobrinos, una empresa de relojes nacida en 1882 en La Habana. Camino ya de su 150 aniversario, esta firma se mantiene como una de las más prestigiosas pudiendo encontrarse Distribuidor Relojes Cuervo y Sobrinos Vigo y en otros puntos del país.

No es para menos teniendo en cuenta los orígenes de esta firma. ¿Y cómo lograr prosperar con una empresa de relojes tan lejos de casa? Apostando por un sector que estaba en pleno auge, el de los relojes de pulsera. No hay que olvidar que el objetivo prioritario de aquellos indianos era salir a flote, hacer dinero y mantener a la familia. Pero una vez lograda la estabilidad, muchos se lanzaron a objetivos más ambiciosos: dar en la diana apostando por un negocio floreciente.

Para los que buscan hoy en día un Distribuidor Relojes Cuervo y Sobrinos Vigo tal vez les sorprenda conocer que esta firma fue una de las que lo apostó todo por un sector que encontró a finales de siglo XIX su mejor momento. De los relojes de bolsillo a los relojes de pulsera. Parece un paso obvio, como todos los grandes avances, pero no fue hasta esta época en la que se generalizó. 

Al fin y al cabo, el reloj de pulsera era mucho más práctico. No tenías que sacar el reloj del bolsillo, (como ahora, irónicamente, hacemos con el móvil) sino que bastaba con girar la muñeca para saber la hora. Tal vez a no mucho tardar, la industria del móvil aprenda de la del reloj y logren ese artilugio que llevemos en la muñeca para no tener que estar permanentemente con una mano ocupada y la cabeza gacha.