Este pasado fin de semana, mientras cortaba leña para el invierno que viene (sí, soy previsor), noté que mi motosierra ya no iba fina. Husqvarna es una máquina fiable, pero la cadena estaba pidiendo a gritos un cambio. Cortaba torcido, tenía que hacer mucha más fuerza de lo normal y, al inspeccionarla, vi que un par de dientes estaban mellados. Intentar afilarla ya no tenía mucho sentido; era hora de poner una nueva.
Normalmente, para estas cosas suelo ir a un taller cerca de casa, aquí en la zona de Vigo, pero justo esta semana tenía planeado un viaje a Pontevedra para hacer unas gestiones. Pensé que sería una buena oportunidad para solucionar lo de la motosierra allí, quizás encontrar un sitio especializado o simplemente aprovechar el desplazamiento. Recordaba vagamente haber visto una tienda de maquinaria agrícola y de jardín en una de mis visitas anteriores a la ciudad del Lérez.
Así que, antes de salir de casa, busqué online «reparación cadena motosierra Pontevedra» y «tienda maquinaria jardín Pontevedra» para confirmar la ubicación y el horario. Efectivamente, encontré un par de sitios que parecían adecuados. Cargué la motosierra en el maletero, junto con la cadena vieja para tenerla de referencia exacta por si acaso, y puse rumbo a Pontevedra.
Una vez terminé mis recados, me dirigí a una de las tiendas que había localizado, un establecimiento en las afueras con una buena exposición de maquinaria. Entré con mi motosierra y le expliqué al dependiente lo que necesitaba. Le enseñé la cadena vieja y le confirmé el modelo de mi máquina. El hombre, muy profesional, la identificó rápidamente. «Sí, esta cadena ya ha cumplido su ciclo», comentó mientras revisaba los dientes dañados.
Me preguntó si quería solo la cadena nueva para montarla yo o si prefería que ellos me hicieran el cambio. Aunque sé montarla, por comodidad y para asegurarme de que la tensión quedaba perfecta, le pedí que me la instalaran ellos. Comprobó que tenía la cadena correcta en stock – mismo paso, calibre y número de eslabones. ¡Perfecto!
Mientras esperaba, eché un vistazo a la tienda. Tenían bastante variedad de maquinaria y repuestos. En menos de quince minutos, el técnico volvió con mi motosierra. Había quitado la vieja, limpiado un poco la espada y la zona del piñón, y montado la cadena nueva, dejándola con la tensión justa. Incluso le dio un toque rápido de aceite.
Pagué la cadena y el pequeño cargo por el montaje, un precio que me pareció bastante correcto por el servicio rápido y profesional. Salí de la tienda con la motosierra lista para la acción, sintiendo ese peso familiar pero ahora con la promesa de cortes limpios y eficientes. Fue una buena decisión aprovechar el viaje a Pontevedra; encontré un servicio competente que me solucionó el problema sobre la marcha. Ahora solo falta volver a casa y probarla con el montón de leña que me espera.