La resina epóxica es uno de los adhesivos con mayor uso y prestigio en el mercado doméstico e industrial. Se presenta como una solución viscosa y maleable hasta su mezcla con un catalizador, lo que provoca su endurecimiento y la unión de las superficies o elementos en contacto con ella. Para comprar resinas epoxis de calidad, es recomendable conocer el funcionamiento y las propiedades de estos polímeros termoestables.

Conocido también como cristal líquido o porcelanato, el epoxi se comercializa por primera vez en los años veinte. Es correcto hablar de resinas —en plural— dado que el epoixi resulta de combinar Bisfenol A y Epiclorhidrina, aunque su venta conjunta ha popularizado la sencilla denominación de «epoxi».

Respecto a sus propiedades, las resinas epóxicas muestran una alta tolerancia a las altas temperaturas y al contacto con el agua. Además de su resistencia mecánica y química, poseen una óptima adherencia a superficies de distinto material (maderas, metales, plásticos). 

Por otra parte, el acabado duro y brillante del epoxi justifica su uso en decoración (molduras, figuritas, etcétera), en el sellado de superficies agrietadas o la reparación de multitud de productos en sectores como la automoción o el náutico.

El funcionamiento de las resinas epóxicas es simple, aunque la comodidad de su uso está un paso por detrás del cianoacrilato y otros adhesivos. Consta de dos botellas o frascos, usualmente etiquetados como epoxy resin y epoxy hardener, cuya mezcla en proporciones equitativas hace que reaccionen ambos compuestos y se endurezcan en el curso de doce a setenta y dos horas.

Según los especialistas, el secado completo se produce después de siete días. Dada la toxicidad de las sustancias Bisfenol A y Epiclorhidrina, se aconseja manipularlos con mascarilla, guantes y gafas protectoras, para una mayor seguridad. Asimismo, disponer de una báscula digital eliminar el riesgo de equivocar las proporciones de la resina y el endurecedor.