La ternera gallega, las filloas y otras delicias culinarias forman parte de la gastronomía del Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Al visitar Ons, Cíes y otros destinos de este espacio natural, el turista medio desea conocer ante todo sus playas, miradores naturales y yacimientos castrenses, pero rara vez la cocina local figura en su lista de deseos.
La realidad es que la oferta culinaria de las Islas Atlánticas sorprende por su riqueza y calidad. Aunque la Isla de Ons sea la única habitada de los cuatro archipiélagos que conforman el parque, no es exagerado hablar de una gastronomía propia del parque y de sus alrededores. Como prueba, el pulpo de Ons, plato isleño similar a la receta de caldeirada, se sirven en esta isla desde tiempos inmemoriales, al igual que platos más universales, como el pulpo á feira.
El océano Atlántico es la principal «despensa» de alimentos para los isleños, y por ello su recetario se fundamenta en pescados y mariscos comunes en estas costas: el rodaballo, la merluza, el rape, la sepia, el percebe, los centollos y un largo etcétera de especies marinas que aportan a la cocina de las Islas Atlánticas toda su personalidad.
Las carnes dan un respiro a estos bocados marineros y dan pie a una variedad de sabores exquisitos. Un clásico en las Rías Baixas —y por extensión de este parque nacional— es la ternera gallega a la parrilla, que también interviene en distintas elaboraciones: timbal de ternera, jarrete al horno, etcétera.
Los postres tampoco decepcionan en Ons y otros enclaves de las Islas Atlánticas. Por influencia de las Rías Baixas, se consume la rosca de Pascua, las rosquillas y los melindres de Ponteareas, sin mencionar uno de los dulces más afamados de Galicia: las filloas, abundante sobre todo en tiempo de carnaval.