MÁS QUE UN SENTIMIENTO

El celta es el equipo de mi ciudad y desde niño siempre he estado muy vinculado a él, pero como yo hay miles de personas en nuestra ciudad. No hace muchos años casi consigue meterse en la final de la copa de la uefa y para las semifinales imprimieron expositores PLV de cartón con el lema del equipo para alentar a la afición y al mismo tiempo intimidar a los rivales. Personalmente conseguí quedarme con uno de esos expositores PLV de cartón y lo tuve decorando mi habitación, hasta que me lo pidieron en la tienda que tiene mi familia para ponerlo en el escaparate. No tuve ningún reparo en cederlo para este fin ya que así lo podrían disfrutar todos y no solamente yo.

 

El otro día sin ir más lejos me regalaron una nueva camiseta del celta que no tenía, porque la novia de uno de mis amigos le estaba tirando dos camisetas a su hijo y mi amigo le dijo que nos las quedamos nosotros. Así que ahora ya dispongo de unas seis camisetas del celta completamente diferentes. Eso en mi casa no pasa, a nadie se le ocurriría nunca tirar una sola camiseta del celta, las camisetas del celta son sagradas y no hay nada que decir.

 

En mi familia estamos ligados al celta porque mi abuelo materno fue directivo del club en los años setenta y mi abuelo paterno fue delegado del filial del celta y después fue coordinador de los diferentes delegados de las categorías inferiores. Este abuelo fue el que me regaló la camiseta del celta a la que le tengo más aprecio. Camisetas de ese modelo se ven muy pocas y ya han intentado comprarme mi camiseta a diferentes precios, pero como les he dicho a ellos esa camiseta no está en venta, es mi tesoro.

 

Por desgracia ya hace unos cuantos años que no soy socio del club ya que mi economía no estaba demasiado boyante y no me quedó más remedio que dejar de ser socio e ir al campo, aunque espero volver cuando mi economía se recupere un poco.