¿Qué hago si tengo un lunar con mala pinta?

Nos dicen desde siempre que debemos cuidar nuestros lunares. Y cada vez son más las personas que los vigilan y los observan. Pero ¿qué debemos de hacer si uno de los lunares que tenemos comienza a tener cambios o lo vemos con mala pinta? Por mala pinta tenemos que entender algo muy amplio, desde que se inflame o sangre, que son las señales de alarma que nadie pasa por alto, hasta que el lunar crezca o cambie de color, que son detalles que a veces pasan más desapercibidos pero que es necesario controlar.

Si nos encontramos con alguna de estas cosas el primer paso es pedir cita con alguno de los Especialistas dermatologia medica Vigo para que lo vea. El dermatólogo será quién examine el lunar. Normalmente, ante cualquier cambio o duda, nos dirá que lo mejor es extirparlo. No debemos de asustarnos por esto, ya que es una medida preventiva y quitar un lugar es, en general, algo muy sencillo. Se hace de manera ambulatoria y solo se produce un pequeño corte con uno o dos puntos.

Tras esto, el dermatólogo enviará el lunar o lunares a analizar. En pocos días tendremos los resultados y nos dirán si se trata de un simple lunar feo o si hay un problema a mayores. En cualquier caso, la mayoría de los lunares malignos se solucionan con la simple extracción realizada. Pero puede ser que el dermatólogo nos pida que volvamos a pasar por el bisturí para cortar un poco más de tejido y asegurarse así que no queda nada en la piel.

Cuando un lunar es maligno, lo normal es que el dermatólogo examine mucho más cuidadosamente el resto de la piel de la persona, sobre todo los lunares o marcas. A partir de ahí, se realizarán revisiones periódicas para comprobar que no vuelve a haber problemas. Si al cabo de un tiempo no aparecen nuevos problemas, el paciente tendrá el alta y solo tendrá que realizarse los controles normales en cada o por parte del médico.

Vigilar los lunares merece la pena porque cualquier problema que se encuentre a tiempo evitará que pueda extenderse a más zonas. Los lunares malignos son, por lo general, fáciles de tratar cuando se localizan a tiempo y en muchos casos no repite el problema y el paciente puede olvidarse de que lo ha sufrido.